¿Cómo nos conocimos? (Versión extendida)
Lo que están a punto de leer es el resultado de ideas que tenía para incluir en cierto texto, que lleva retrasado más de lo que me gustaría. Pero, esto en particular, se logró por algo que me mandaron unos amigos en un chat grupal. Si están leyendo esto, gracias por inspirar la idea, y si no, saben que los odio.
¿Cómo nos conocimos?
-Si tuvieras que contar la historia exagerada de cómo nos conocimos, ¿cómo lo harías?
-¿A qué te refieres?
-Pues, por ejemplo, si mi tía Fabiola, la más metiche, te pregunta: "Rendón, ¿dónde conociste a mi sobrina Ximena?"
-Ah, ya entiendo.
-¿Qué le dirías?
-Si es para tu tía, puedo exagerar, ¿verdad?
-Necesito saber primero qué le vas a decir.
-Mira, le empezaría diciendo que fue un 30 de octubre de 2011; estábamos en la universidad, yo estaba en la cafetería con una amiga y ella llegó ahí con nosotros. Llevaba una playera negra, shorts azules y unos Vans de florecitas. Al parecer, la encargada del programa en el que era colaboradora le encargó preguntar por las películas favoritas de algunos estudiantes.
-¿Cuándo fue eso?
-Todas las preguntas serán contestadas al final. Solo te pediría que me ayudes con preguntas que haría tu tía Fabiola.
-Va. Haré comillas para aclarar que soy ella. Empezaría con: "¿Qué le respondiste?"
-Manhattan, Match Point de Woody Allen y Tron Legacy de Joseph Kosinski. Me preguntó tres películas y esas fueron mis respuestas.
-"¿Fue para impresionarla?"
-No. En ese momento estaba interesado en ese tipo de cine, por eso le respondí eso. Pero más tarde, ese mismo día, fui a ver a mi amiga del programa de radio y ahí estaba ella; editaba algunas cápsulas y textos para el programa. Me acerqué a saludar, pero fui ignorado rotundamente porque tenía audífonos. No logró escucharme, tenía la mirada clavada en su computadora y su programa de audio. Así que pasé directo a la cabina para mi participación semanal.
-"Fue grosera contigo, ya veo".
-Tal vez, pero creo que no lo recuerda. Ya la había visto antes pasar por la facultad y llamó mi atención. Claramente nunca tuve el valor de hablarle o acercarme porque no sabía cómo hacerlo. Lo bueno es que las cosas fueron al revés y ella fue quien inició la plática, sin saber que conocía a la encargada del programa en el que colaboraba.
-"¿Con quién colaboraba?"
-Con mi amiga Samantha, que luego resultó ser su mejor amiga de la facultad.
-"¿Ahí le hablaste, en el programa?"
-No. La seguía viendo en otras ocasiones en la cabina, pero nunca nos cruzamos de frente, y si la veía con audífonos puestos no me atrevía a hablarle. Samantha se dio cuenta de que ella me llamaba la atención y accedió a presentármela algún día, solo que no en ese momento, ya que tenía novio.
-"¿Por qué te tardaste tanto?"
-Porque realmente era más una atracción hacia lo misterioso de conocerla que una decisión de actuar. Me parecía enigmática. Además, yo estaba saliendo con otra persona en ese momento también. Pero, en cuanto a Ximena, años después la vi en un concierto con su novio; estaban discutiendo y ella salió llorando. Pensé que el tipo iba a salir tras ella, pero en su lugar salió Samantha a ver cómo estaba y yo detrás de Samantha. A pesar de no conocerla del todo, me sentí mal al verla así. La vi llorando y repetía mucho la frase: "Es un idiota". Lo decía una y otra vez. Samantha se la llevó al baño y de ahí no supe nada de ella por un buen tiempo. Aún no habíamos cruzado palabras.
Se iba a ir a estudiar fuera del país por un año, pero antes de eso Samantha le iba a hacer una fiesta en su departamento y me invitó. Fui con una amiga, Adriana, porque mi ex también se había ido a estudiar fuera del país. Estuvimos un rato y, para no cambiar la situación, la vi llorar y meterse a un cuarto. Al parecer solo yo lo noté, porque nadie fue a buscarla. Su novio se fue de la fiesta enojadísimo y luego nos enteramos de que chocó. Bueno, me acerqué a preguntar si estaba bien; esas fueron las primeras palabras que le dije de manera consciente, y ella solo respondió que le avisara a Samantha que estaba en el baño.
-"¿Por qué no le dijiste otra cosa? ¿Regresaste con Sam a ver cómo estaba? De hecho, mi sobrina no recuerda todo esto que estás contando. Nunca me lo había dicho".
-La verdad esa vez no supe qué hacer. Fui por Sam, abrió la puerta y la vi llorando en el piso. Eso me destrozó más que si la hubiera visto consumiendo cocaína o algo así. Estaba llorando en el piso por ese güey y solo podía pensar en lo idiota que era realmente ese bato y cómo ella le había tolerado muchas cosas. Debió ser por algo; detrás de todo lo malo de ese güey ella veía algo que los demás no, algo así. Después de eso no la vi hasta que regresó de su año fuera del país. Fue en un festival; ella iba con Samantha y yo iba con mi hermano. Solo coincidimos en una banda. La vimos juntos y quise abrazarla en una canción, pero no sabía si estaba soltera o cómo lo iba a tomar. Mejor no hice nada. Terminó la banda y cada quien se fue por su lado.
-"¿Cuándo fue eso y en qué banda?"
-Fue en Father John Misty, en 2015. Y qué bueno que no lo hice, porque al mes siguiente se casó con ese bato. Aunque tenía sus dudas sobre hacerlo o no, al final lo hizo y dejé de verla más o menos tres años. De hecho, la vi una vez en 2018, en una cafetería, porque fui a ver a Sam, y ahí estaba con ella y Adriana. Tampoco cruzamos palabras. La vi con un semblante diferente, eso sí; su mirada tenía cierta luz. Se fueron Sam y ella, y me quedé con Adriana para que me contara todo lo que sabía hasta el momento. Me dio el mejor consejo: si lo iba a intentar, esperara a que ella se sintiera plena de nuevo después de dos años de casada. Además, yo también debía estar en plenitud tras mi ruptura con Jocelyn.
-"Entonces… ¿cómo empezaron a salir?"
-Entonces, en agosto de ese año vine por trabajo a la ciudad y quedé de verme con Sam. Ella invitó a Xime porque había estado muy deprimida últimamente; tenía el día libre porque su hijo iba a ir con su papá a un partido o algo así. Fuimos a comer y por fin cruzamos palabras. Recuerdo parte por parte nuestras interacciones durante la comida, hasta la caminata que tuvimos después. Me acompañó a una librería cercana y se puso a darme cátedra de Harry Potter y por qué tenía que leerlos. No entendía cómo alguien como yo no había leído los libros y solo había visto las películas. Le recordé que era más de películas, pero no mencioné que debería saberlo, pues ya me había preguntado años atrás sobre mis películas favoritas. Lo dejé pasar. En su lugar, le regalé una película en DVD de Wes Anderson y un álbum de Cigarettes After Sex. Ella me regaló la edición pop-up de Harry Potter y la piedra filosofal.
-"¿La besaste?"
-No. No quería hacerlo. Pasamos un buen rato, y para ser nuestra primera interacción larga fue superior a cualquier escenario que hubiera pensado con anterioridad. Fue bastante agradable y quería que fuera mi amiga desde ese momento.
-"¿Ella quería besarte?"
-No lo sé. Sería raro besar a un desconocido de esa manera, según yo.
-"Recuerdas muchos detalles de ese día para no querer intentar algo. ¿Qué te gustó de ella como para invitarla a salir y, meses después, acceder a venir a esta comida familiar?"
-Que pude verla más allá de ser una madre soltera, divorciada y esas cosas. Me habló de ella y lo que le gusta. Lo aprecié demasiado porque pocas veces las personas te enseñan esa parte de su mundo tan personal; sentí un halago que me dejara llegar a ese punto. Fue tan bonito escucharla hablar de lo mucho que significa Harry Potter para ella y lo mucho que le gusta Father John Misty que, por eso, elegí devolverle el regalo con el mismo valor personal para mí. Mostrarle una parte muy personal de mí fue algo que no me costó trabajo porque ella lo hizo ver fácil. Por eso quería que fuera mi amiga desde ese momento. La confianza fue inmediata, y las recomendaciones que me hacía me parecían muy emocionantes.
Sentí que era una persona muy cálida, alguien que quieres tener cerca en todo momento porque puede mejorar tu día con su sola sonrisa. Tiene ese súper poder. Quería saber más de ella desde entonces. Conocerla finalmente fue mejor en la vida real que cualquier otro escenario que hubiera pensado en el pasado. Es por eso que estoy aquí con ella: porque no quisiera estar en ningún otro lado en este momento.
-Eres un pendejo, Rendón.
-¿Eso me diría tu tía?
-No, esa sí fui yo. Casi me haces llorar. Sobre todo, me siento horrible porque no recuerdo la mitad de las cosas que dijiste, y siento que soy una mala persona.
-Pero estamos aquí. Y es aquí donde quiero estar. Contigo, después de todo. Aquí estamos, Xime.
-Gracias por esperarme y por contarle todo a mi tía.
-Gracias por venir.